martes, 27 de septiembre de 2011



No le temo a las punzantes agujas del tiempo, no me desangraré en el letargo ni me aturidiré con las campanas de las horas. Más arriba y más afuera del ahora, impera el infinito. No obstante, habré de llegar a él, cuanto más abajo y más adentro de la tierra se consuma mi finitud.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Podemos fraguar mentiras, pero no podemos mentir.
Podemos urdir silencios, pero no podemos callar.
Y es entonces cuando nos sabemos incapaces,

aunque sólo sea de ver u oír,
porque algo tan primitivo como la percepción,

está completamente condicionado.